El tiempo respetó, lo que hizo que el camino andando desde el colegio hasta allí fuera bastante agradable. Llegamos sobre las 10 y en ese momento el grupo se dividió en dos. El primero entraría a realizar la actividad mientras el otro podría disfrutar de un desayuno saludable en el comedor del recinto. Después se intercambiarían.
Segundo A entró primero al campo de tiro, donde unas 25 carabinas les esperaban con unos 20 perdigones cada una para que pudiesen comprobar su puntería. Antes de comenzar a practicar, todos recibieron claras instrucciones sobre algunos aspectos como el manejo de las carabinas, cómo debían cargarlas y por supuesto,acerca de todas las medidas de seguridad obligatorias para llevar a cabo la actividad.Siempre con las gafas de protección puestas, apuntar hacia delante y sentarse una vez se les hubiese acabado la munición.
Mientras segundo B disfrutaba de un almuerzo compuesto de zumo, una porción de bizcocho y una pieza de fruta, aprovechamos para enviar a su tutora, Noelia, un vídeo para recordarla y mandarla saludos.
Sobre las 11 más o menos los grupos intercambiaron posiciones.
Segundo B practicaba su puntería...
... y Segundo A aprovechaba para almorzar y recuperar energía después del desgaste que supone la concentración.
Sobre las 12, con un poco de tiempo libre, empezamos el camino de vuelta al colegio.
Todos volvieron encantados, fue una experiencia nueva, un deporte diferente que ninguno había practicado nunca, en el que se trabaja la concentración, la relajación, la responsabilidad y, por último, la puntería.
Nos recordaron que los sábados por la mañana las instalaciones están abiertas para el público en general, alumnos que quieran repetir y llevar consigo a sus familias o a otras personas que quieran ir por primera vez.
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